Sonidos que ponen la piel de gallina. Música invernal que suena a primavera. Que se te pongan los pelos de punta. Alegría contada con la más absoluta delicadeza. Poder de convicción. Llorar y reir al mismo tiempo. Enamorarse. Sentir una caricia. Creatividad. Brindar por todo lo bueno que vendrá. Sueños de los que jamás quieres despertar. Lluvia. Magia.
Todo eso es lo que siento al escuchar lo nuevo de Beach House. O la música que invade mi habitación todo el fin de semana.
Foto: Mercedes Pérez (Amberes, Marzo 2012)
2 comentarios:
Ay amiga.. entre Beach House y Bon Iver voy a morir de tanta emoción ^^
Besos!
Y el disco anterior será de lo q mas he machacado yo últimamente! Buenísimos!
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