Soy muy insistente (quizás peco de pesada) cuando hablo de marcas que hacen cosas distintas.
Que se atreven a romper con la monotonía de los lookbooks convencionales; de aburridísimas y pesadas (nunca mejor dicho) notas de prensa que nos colapsan las bandejas de entrada.
Muchas veces pienso que aquellos que dirigen estas agencias e incluso grandes departamentos de comunicación, no tienen mucha idea. O quizás son de la vieja escuela y aún no se han enterado que las cosas están cambiando y que aquello que antes funcionaba, ahora sencillamente es un estorbo para los medios. O a lo mejor lo saben, pero les supone demasiado esfuerzo adaptarse. Aunque probablemente en muchos casos se trate de una falta brutal de creatividad o una falta de iniciativa que muchas veces no es culpa de la agencia o de los departamentos de comunicación de la marca, sino de la propia dirección del cliente.
Que se atreven a romper con la monotonía de los lookbooks convencionales; de aburridísimas y pesadas (nunca mejor dicho) notas de prensa que nos colapsan las bandejas de entrada.
Muchas veces pienso que aquellos que dirigen estas agencias e incluso grandes departamentos de comunicación, no tienen mucha idea. O quizás son de la vieja escuela y aún no se han enterado que las cosas están cambiando y que aquello que antes funcionaba, ahora sencillamente es un estorbo para los medios. O a lo mejor lo saben, pero les supone demasiado esfuerzo adaptarse. Aunque probablemente en muchos casos se trate de una falta brutal de creatividad o una falta de iniciativa que muchas veces no es culpa de la agencia o de los departamentos de comunicación de la marca, sino de la propia dirección del cliente.
Quizás por eso a veces pienso que hice mal en no lanzarme a la aventura de llevar aquel proyecto del que os hablé una vez en que nos planteamos hacer comunicación para marcas no convencionales. Para aquellas que quieren sacar los pies del plato. Sin grandes inversiones publicitarias y una repercusión brutal. O al menos muy, muy eficaz. Dando de lleno en la diana.
Es lo que he pensado a ver la presentación de la colección Fall 2012 de Lauren Moffat.
Bravo. Perfecto. Todo en línea.
Y un modo de presentarlo espectacular. Nada de canapés y simples burros atestados de perchas. Modelos muy aplicadas para presentar una colección muy old school. Y muy alejada sin embargo de esas formas de comunicación de la vieja escuela. Paradójico, ¿no?
Sin duda les ha quedado un trabajo fantástico. Una de esas presentaciones de colección que no dejan a nadie indiferente. En las que no paras de hacer fotos porque es todo perfecto... Os dejo con el vídeo, una maravilla...
¡me hubiera encantado estar allí!
Por cierto, The Glow dedicó uno de sus maravillosos reportajes a
Lauren Moffat y Stella, su hija, que podéis ver aquí
Por cierto, The Glow dedicó uno de sus maravillosos reportajes a
Lauren Moffat y Stella, su hija, que podéis ver aquí
Fotos: Calivintage
Video: Cause & Effect