El otro día os comentaba que mi amor por libros fluorescentes se inicia en el momento en que mi vecina Marta me regaló este libro de Mi Pequeño Pony. No puede ser más cursi, pero entonces, tener tinta flúor impresa en papel entre mis manos, me parecía simplemente mágico.
Hoy, supongo que por esa magia que creía percibir entonces, me siguen fascinando estos colores.
Qué habrá sido de Marta. Y qué será de los niños que ya no regalan libros por su cumpleaños y que no sienten que la tinta fluorescente es mágica...
Fotos: Mer
8 comentarios:
Ai...qué bonito y qué recuerdos de los ponis de colores de cuando eramos pequeñas! ;)
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Em ni infancia no había floorescencias ¡Me hubiera parecido la pera!
Mejor casi ....bastante magia encuentro a todo ...si hubiera tenido una niñez con ponis rosas todavía seria peor lo mío .
Te han quedado chulisimas las fotos
Me encanta el detalle de la pauta hecha en lápiz y borrada de la dedicatoria..
Confío en que se seguirán regalando libros, yo por lo menos lo hacía!
Un besazo!
Jooo que bonito! Es un post super entrañable... Y cómo no te van a gustar los pequeños ponys, si son ideales! Y Rainbow Brite también!!
sí, qué habrá sido de tantos niños y niñas con los que cruzamos caminos y no volvimos a ver... me has hecho pensar en Yvonne, una niña rubia preciosa a la que conocí en mi etapa austríaca y con la que pasaba largos ratos jugando...
Ains, cuánta razón tienes... ya no hay infancia como la de antes. Y los niños ya no saben apreciar la magia de lo más simple.
Un besito
yo sigo siendo muy amiga de mi vecina :) y me siguen pareciendo magicos los libros con tinta florescente
me ha recordado a eso!! ^^
http://abusodelaspalabras.blogspot.com/2011/01/my-little-pony.html
saludos y feliz miércoles.
C.
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