Ayer estuve de tiendecillas al salir de trabajar. A veces para mí ir de tiendas es la mejor terapia contra el aburrimiento, el estrés, la desmotivación, un mal día o esa típica sensación de rutina.
No se si habréis visto la peli "Confessions of a shopaholic". Es un muy extremo al punto que llega la protagonista, pero refleja muy bien cómo dependemos de las tarjetas de crédito y el placer que supone salir de una tienda con una bolsa. Sea por lo que sea, llevo una época bastante tranquila. Y me sorprendí a mí misma porque me volví a casa sin nada! Eso sí, ya tengo en mente algunas compras
inteligentes que voy a hacer para esta primavera.
Como tengo algunos eventos a la vista, y me da mucha rabia gastarme una pasta en un vestido que sólo usaré una vez (dos, a lo sumo) y en un abrigo de fiesta (prenda que tengo que reconocer que aborrezco) he decidido invertir en:
Un vestido lencero
Se que me lo voy a poner un montón. Le cambias el zapato y la prenda exterior y cambias el vestido. Me encantan y hay que aprovechar ahora que se llevan un montón.
¿Lo mejor de todo? No te costarán mucho dinero para todo el partido que le vas a sacar!
Los tenemos en:
Topshop
Queen's Wardrobe (no me digáis que no es perfecto!)
Hoss Intropia
Y mi preferido, de
Grossomodo (pinchad en la foto y os lleva a su web). La colección entera no tiene desperdicio!
Una blazer con aire militar
Con jeans, con bermudas, faldas y vestidos. Y cómo no, con mi vestido lencero. Para bodas (¿por qué no?), fiestas y cenas, para ir a trabajar y para todo! La estrella de las blazer militares es
La Condesa:
(pinchando en la foto podéis acceder a su e-shop)
Pero si no, hay millones de Zara esta temporada. De la versión zarera me quedo con ésta, es mi prefe:
Sólo cruzo los dedos para que traigan en algún color oscuro (negro o navy casi negro), que combinará mucho mejor con los tonos empolvados del vestido.
Y para terminar, yo apuesto por unas medias muy muy tupidas con algo de brillo para poner el toque fiestero y un peep toe o salón de este estilo (y digo de este estilo porque qué más quisiera yo...):
Hombre, es innegable que es el broche final :)