Este fin de semana lo he vuelto a hacer, he vuelto a ir a las tiendecitas vintage que tanto me atraen desde fuera. Pero al final entro y no me convence nada. Demasiado caro para lo que es, ese olorcillo a naftalina y alguna que otra prenda que podría merecer la pena, pero de la que no tienen tu talla ni la tendrán, lo que ves, es lo que hay.
Por otro lado, en las grandes cadenas imitan lo que buscamos muchas de las veces que entramos en una tienda vintage: encajes, plumas, camafeos, tonos nude y nacarados, eso sí, con un punto renovado.
Botas, blusa, chaqueta, bolso y capa de plumas de Topshop.
Todo lo demás, también de Topshop.
Me quedo con esa sensación de estrenar que nunca me dará lo vintage.
1 comentario:
que razón tienes...cuanto mejor es comprarse una prendita nueva, bien acabada y con olor a este siglo
Publicar un comentario